Finca Agroturística: Quito, Ecuador
¿Te ha pasado? Compras un hermoso manojo de albahaca fresca para esa receta especial, usas solo una parte y, a los pocos días, el resto empieza a marchitarse. Es un aroma y un sabor que se pierden. En Finca Priscila, te traemos un tip sencillo y genial para que no desperdicies ni una sola hoja.
Si te sobra albahaca fresca y quieres conservarla por mucho más tiempo, manteniéndola tan verde y aromática como el primer día, la solución es el Aceite de Oliva.
Lava y Seca: Lava las hojas de albahaca suavemente y, lo más importante, sécalas muy bien. Cualquier resto de agua puede causar oxidación.
Utiliza un frasco de vidrio limpio y con tapa hermética.
¡A Empacar! Coloca las hojas de albahaca dentro del frasco.
Cubre con Aceite: Vierte aceite de oliva virgen extra (¡si es de buena calidad, mejor!) hasta que las hojas queden completamente sumergidas. Esto crea un sello protector que aísla la albahaca del aire.
A la Nevera: Cierra bien el frasco y guárdalo en el refrigerador.
El aceite de oliva no solo conserva el color vibrante de la albahaca, sino que también sella su aroma y sabor. Al refrigerar, el aceite puede volverse un poco denso o turbio, pero es normal. Al sacarlo y dejarlo a temperatura ambiente por unos minutos, recuperará su fluidez.
Tendrás hojas perfectas para cocinar en cualquier momento:
Ensaladas Sácalas directamente del aceite y úsalas. Con el toque extra de aceite de oliva incluido
Úsalas como decoración fresca y aromática justo antes de servir tu pizza o pastas.
También tienes la opción de triturar la albahaca con un poco del aceite de conservación, ya tienes una base para tu pesto.
Un tip extra: ¡Ese aceite que queda impregnado con el sabor de la albahaca es una maravilla! No lo tires, úsalo para aliñar una ensalada o para saltear verduras.
En Finca Priscila, sabemos que la calidad de los ingredientes frescos hace la diferencia. ¡Pon este tip en práctica y disfruta de tu albahaca por mucho más tiempo!
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