Si eres amante de las infusiones y te gustan los postres delicados, las galletas de manzanilla son la opción perfecta para ti. Este dulce toque floral no solo tiene un sabor suave y reconfortante, sino que también aporta los beneficios relajantes de la manzanilla.
La manzanilla es una planta que se utiliza desde hace siglos por sus propiedades calmantes, y es ideal para incorporarla en una receta como esta. Las galletas de manzanilla son ideales para acompañar una taza de té o como un pequeño snack en cualquier momento del día.
Te compartimos la receta para que puedas preparar unas deliciosas galletas de manzanilla que no solo tienen un sabor único, sino que también te ofrecerán una sensación de tranquilidad.
Ingredientes:
- 2 tazas de harina de trigo
- 1/2 taza de mantequilla a temperatura ambiente
- 1/2 taza de azúcar
- 1 huevo
- 1 cucharadita de polvo de hornear
- 1 puñado de manzanilla Finca Priscila
- 1 cucharadita de extracto de vainilla
- Pizca de sal
Preparación:
- En un recipiente con agua caliente coloca la manzanilla. Deja reposar durante unos 5 minutos.
Cuela la infusión y reserva el líquido. Necesitarás aproximadamente 4 cucharadas de esta infusión para la masa de las galletas.
- En un tazón, mezcla la harina, el polvo de hornear, la sal y la infusión de manzanilla. Revuelve bien para que los ingredientes se integren.
- Bate la mantequilla y el azúcar hasta obtener una mezcla cremosa y suave.
- Añade el huevo y el extracto de vainilla a la mezcla de mantequilla y azúcar. Bate hasta que la mezcla esté bien integrada.
- Poco a poco, agrega la mezcla de ingredientes secos a la mezcla de mantequilla, alternando con las cucharadas de infusión de manzanilla que reservaste. Mezcla todo con una espátula hasta que obtengas una masa homogénea.
- Con las manos o una cuchara para helado, forma bolitas de masa del tamaño de una nuez y colócalas en la bandeja. Asegúrate de dejar espacio entre cada una para que no se peguen durante el horneado.
- Hornea las galletas durante 10-12 minutos, o hasta que los bordes estén ligeramente dorados. Recuerda que las galletas seguirán cocinándose un poco fuera del horno, así que no te preocupes si no están completamente doradas cuando las saques.
- Deja enfriar las galletas en una rejilla antes de servir.